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1 DE OCTUBRE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS VIRGEN Y DOCTORA DE LA IGLESIA
Publicado por javreb en Sin categoría el 30 septiembre, 2017
SANTA
TERESITA DEL NIÑO JESÚS
VIRGEN
Y DOCTORA DE LA IGLESIA
Memoria
de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún
muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a
ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el
camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual,
demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la
Iglesia, y terminó su vida a los veinticinco años de edad, el día treinta de
septiembre (1897)
La
Iglesia le dedica este día para que la conozcamos y tratemos de imitar sus
virtudes de delicadeza y pefección en las cosas pequeñas.
Hay
dos santas con el mismo nombre: Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux y
Santa Teresa de Ávila (15 de Octubre). Ambas fueron monjas carmelitas, nos
dejaron una autobiografía y son santas doctoras de la
Iglesia.
María
Francisca Teresa (Santa Teresita del Niño Jesús o de Lisieux) nació el 2 de
Enero de 1873 en Francia. Hija de un relojero y una costurera de Alençon. Tuvo
una infancia feliz y ordinaria, llena de buenos ejemplos. Teresita era viva e
impresionable, pero no particularmente devota.
En
1877, cuando Teresita tenía cuatro años, murió su madre. Su padre vendió su
relojería y se fue a vivir a Lisieux donde sus hijas estarían bajo
el cuidado de su tía, la Sra. Guerin, que era una mujer excelente.
Santa Teresita era la preferida de su padre. Sus hermanas eran María, Paulina y
Celina. La que dirigía la casa era María y Paulina que era la mayor se encargaba
de la educación religiosa de sus hermanas. Les leía mucho en el
invierno.
Cuando
Teresita tenía 9 años, Paulina ingresó al convento de las carmelitas. Desde
entonces, Teresita se sintió inclinada a seguirla por ese camino. Era una niña
afable y sensible y la religión ocupaba una parte muy importante de su
vida.
Cuando
Teresita tenía catorce años, su hermana María se fue al convento de las
carmelitas igual que Paulina. La Navidad de ese año, tuvo la
experiencia que ella llamó su “conversión”. Dice ella que apenas a una hora
de nacido el Niño Jesús, inundó la oscuridad de su alma con ríos de luz. Decía
que Dios se había hecho débil y pequeño por amor a ella para hacerla fuerte y
valiente.
Al
año siguiente, Teresita le pidió permiso a su padre para entrar al convento de
las carmelitas y él dijo que sí. Las monjas del convento y el obispo de Bayeux
opinaron que era muy joven y que debía esperar.
Algunos
meses más tarde fueron a Roma en una peregrinación por el jubileo sacerdotal del
Papa León XIII. Al arrodillarse frente al Papa para recibir su bendición,
rompió el silencio y le pidió si podía entrar en el convento a los quince años.
El Papa quedó impresionado por su aspecto y modales y le dijo que si era la
voluntad de Dios así sería
Teresita
rezó mucho en todos los santuarios de la peregrinación y con el apoyo del Papa,
logró entrar en el Carmelo en Abril de 1888. Al entrar al convento, la maestra
de novicias dijo; “ Desde su entrada en la orden, su porte tenía una dignidad
poco común de su edad, que sorprendió a todas las religiosas.” Profesó como
religiosa el 8 de Septiembre de 1890. Su deseo era llegar a la cumbre del monte
del amor.
Teresita
cumplió con las reglas y deberes de los carmelitas. Oraba con un inmenso fervor
por los sacerdotes y los misioneros. Debido a esto, fue nombrada después de su
muerte, con el título de patrona de las misiones, aunque
nunca había salido de su convento.
Se
sometió a todas las austeridades de la orden, menos al ayuno, ya que era
delicada de salud y sus superiores se lo impidieron. Entre las penitencias
corporales, la más dura para ella era el frío del invierno en el convento. Pero
ella decía “Quería Jesús concederme el martirio del corazón o el martirio de la
carne; preferiría que me concediera ambos.” Y un día pudo exclamar “He llegado a
un punto en el que me es imposible sufrir, porque todo sufrimiento es
dulce.”
En
1893, a los veinte años, la hermana Teresa fue nombrada asistente de la maestra
de novicias. Prácticamente ella era la maestra de novicias, aunque no tuviera el
título. Con respecto a esta labor, decía ella que hacer el bien sin la ayuda de
Dios era tan imposible como hacer que el sol brille a media
noche.
Su
padre enfermó perdiendo el uso de la razón a causa de dos ataques de parálisis.
Celina, su hermana, se encargó de cuidarlo. Fueron unos año difíciles para las
hijas. Al morir el padre, Celina ingresó al convento con sus
hermanas.
En
este mismo año, Teresita se enfermó de tuberculosis. Quería ir a una misión en
Indochina pero su salud no se lo permitió. Sufrió mucho los últimos 18 meses de
su vida. Fue un período de sufrimiento corporal y de pruebas espirituales. En
junio de 1897 fue trasladada a la enfermería del convento de la que no volvió a
salir. A partir de agosto ya no podía recibir la Comunión debido a su enfermedad
y murió el 30 de Septiembre de ese año. Fue beatificada en 1923 y canonizada en
1925. Se le presenta como una monja carmelita con un crucifijo y rosas en los
brazos. Ella decía que después de su muerte derramaría una lluvia de
rosas.
El
culto a esta santa comenzó a crecer con rapidez. Los milagros hechos gracias a
su intercesión atrajeron a atención de los cristianos del mundo
entero.
Escribió
el libro “Historia de un alma” que es una autobiografía. Escribe frases
preciosas como éstas en ese libro: “Para mí, orar consiste en elevar el corazón,
en levantar los ojos al cielo, en manifestar mi gratitud y mi amor lo mismo
en el gozo que en la prueba.”; “Te ruego que poses tus divinos ojos sobre un
gran número de almas pequeñas.” Teresita se contaba a sí misma entre las almas
pequeñas, decía “Yo soy un alma minúscula, que sólo puede ofrecer pequeñeces a
nuestro Señor.”
¿Qué
nos enseña Santa Teresita?
Nos
enseña un camino para llegar a Dios: la sencillez de alma. Hacer por amor a Dios
nuestras labores de todos los días. Tener detalles de amor con los que nos
rodean. Esta es la “grandeza” de Santa Teresita. Decía: “Quiero pasar mi cielo
haciendo el bien en la tierra.”El secreto es reconocer nuestra pequeñez ante
Dios, nuestro Padre. Tener una actitud de niño al amar a Dios, es decir, amarlo
con simplicidad, con confianza absoluta, con humildad sirviendo a
los demás. Esto es a lo que ella llama su “caminito”. Es el camino de la
infancia espiritual, un camino de confianza y entrega absoluta a
Dios.
Nos
enseña a servir a los demás con amor y perfección viendo en ellos a Jesús. Toda
su vida fue de servicio a los demás. Ser mejores cada día con los demás en los
detalles de todos los días.
Nos
enseña a tener paciencia ante las dificultades de la vida. Su enfermedad
requirió de mucha paciencia y aceptación. Sólo estando cerca de Dios el
sufrimiento se hace dulce.
Nos
enseña a tener sentido del humor ante lo inevitable. Dicen que durante la
meditación en el convento, una de las hermanas agitaba su rosario y esto
irritaba a Santa Teresita. Decidió entonces en lugar de tratar de
no oír nada, escuchar este ruido como si fuera una música preciosa. En
nuestras vidas hay situaciones o acciones de los demás que nos molestan y que no
podemos evitar. Debemos aprender a reírnos de éstas, a disfrutarlas
por que nos dan la oportunidad de ofrecer algo a Dios.
Nos
enseña que podemos vivir nuestro cielo en la tierra haciendo el bien a los que
nos rodean. Actuar con bondad siempre, buscando lo mejor para los demás. Esta es
una manera de alcanzar el cielo.
Nos
enseña a ser sencillos como niños para llegar a Dios. Orar con confianza, con
simplicidad. Sentirnos pequeños ante Dios nuestro Padre.
Oración
Virgen
María y Santa Teresita, ayúdenme a tener más amor a Dios para servir mejor a los
que me rodean.
30 DE SEPTIEMBRE SAN JERÓNIMO DOCTOR DE LA IGLESIA
Publicado por javreb en Sin categoría el 29 septiembre, 2017
SAN
JERÓNIMO
DOCTOR
DE LA IGLESIA
Memoria
de san Jerónimo, presbítero y doctor de la Iglesia, que, nacido en Dalmacia,
estudió en Roma, cultivando con esmero todos los saberes, y allí recibió el
bautismo cristiano. Después, captado por el valor de la vida contemplativa, se
entregó a la existencia ascética yendo a Oriente, donde se ordenó de presbítero.
Vuelto a Roma, fue secretario del papa Dámaso, hasta que, fijando su residencia
en Belén de Judea vivió una vida monástica dedicado a traducir y explicar las
Sagradas Escrituras, revelándose como insigne doctor. De modo admirable fue
partícipe de muchas necesidades de la Iglesia y, finalmente, llegando a una edad
provecta, descansó en la paz del Señor (420).
Etimología:
Jerónimo = Aquel que lleva nombre santo, viene del griego
El
IV siglo después de Cristo, que tuvo su momento importante en el 380 con el
edicto del emperador Teodosio que ordenaba que la fe cristiana tenía que ser
adoptada por todos los pueblos del imperio, está repleto de grandes figures de
santos: Atanasio, Hilario, Ambrosio, Agustín, Crisóstomo, Basilio y
Jerónimo.
Este
último nació en Estridón (Dalmacia) hacia el año 340; estudió en Roma y allí fue
bautizado. Su espíritu es enciclopédico: su obra literaria nos revela al
filósofo, al retórico, al gramático, al dialéctico, capaz de pensar y escribir
en latín, en griego, en hebreo; escritor rico, puro y robusto al mismo tiempo. A
él se debe la traducción al latín del Antiguo y del Nuevo Testamento, que llegó
a ser, con el titulo de Vulgata, la Biblia oficial del
cristianismo.
Jerónimo
es de una personalidad fortísima: en cualquier parte a donde va suscita
entusiasmos o polémicas. En Roma fustiga los vicios y las hipocresías y también
preconiza nuevas formas de vida religiosa, atrayendo a ellas a algunas mujeres
influyentes patricias de Roma, que después lo siguen en la vida eremítica de
Belén.
La huida de
la sociedad de este desterrado voluntario se debió a su deseo de paz interior,
no siempre duradero, porque de vez en cuando reaparecía con algún nuevo libro.
Los rugidos de este “león del desierto” se hacían oír en Oriente y en Occidente.
Sus violencias verbales iban para todos. Tuvo palabras duras para Ambrosio, para
Basilio y hasta para su amigo Agustín que tuvo que pasar varios tragos amargos.
Lo prueba la correspondencia entre los dos grandes doctores de la Iglesia, que
se conservan casi en su totalidad. Pero sabía suavizar sus intemperancias de
carácter cuando el polemista pasaba a ser director de almas.
Cuando
terminaba un libro, iba a visitar a las monjas que llevaban vida ascética en un
monasterio no lejos del suyo. El las escuchaba, contestando sus preguntas. Estas
mujeres inteligentes y vivas fueron un filtro para sus explosiones menos
oportunas y él les pagaba con el apoyo y el alimento de una cultura espiritual
y bíblica Este hombre extraordinario era consciente de sus
limitaciones y de sus propias faltas. Las remediaba dándose golpes de pecho con
una piedra. Pero también se daba cuenta de sus méritos, tan es así que la larga
lista de los hombres ilustres, de los que hizo un breve pero precioso resumen
(el De viris illustribus) termina con un capítulo dedicado a él mismo. Murió a
los 72 años, en el 420, en Belén.
29 DE SEPTIEMBRE SAN MIGUEL, SAN GABRIEL Y SAN RAFAEL ARCÁNGELES
Publicado por javreb en Sin categoría el 28 septiembre, 2017
SAN
MIGUEL, SAN GABRIEL Y SAN RAFAEL
ARCÁNGELES
Fiesta
de los santos arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. En el día de la dedicación de
la basílica bajo el título de San Miguel, en la vía Salaria, a seis miliarios de
Roma, se celebran juntamente los tres arcángeles, de quienes la Sagrada
Escritura revela misiones singulares y que, sirviendo a Dios día y noche, y
contemplando su rostro, a él glorifican sin cesar.
Son
los nombres con que se presentan en la Sagrada Escritura estos tres príncipes de
la corte celestial.
Miguel
aparece en defensa de los intereses divinos ante la rebelión de los ángeles
malos; Gabriel, enviado por el Señor a diferentes misiones, anunció a la Virgen
Maria el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y su maternidad divina;
Rafael acompañó al joven Tobías cuando cumplia un difícil encargo y se ocupó de
solucionar difíciles asuntos de su esposa.
Actualmente,
se habla mucho de los ángeles: se encuentran libros de todo tipo que tratan este
tema; se venden «angelitos» de oro, plata o cuarzo; las personas se los cuelgan
al cuello y comentan su importancia y sus nombres.
Hay
que tener cuidado, pues se puede caer en dar a los ángeles atribuciones que no
les corresponden y elevarlos a un lugar de semidioses, convertirlos en
«amuletos» que hacen caer en la idolatría, o crear confusiones entre lo que son
las inspiraciones del Espíritu Santo y los consejos de los
ángeles.
Es
verdad que los ángeles son muy importantes en la Iglesia y en la vida de todo
católico, pero son criaturas de Dios, por lo que no se les puede igualar a Dios
ni adorarlos como si fueran dioses.
A
pesar de que están de moda, por otro lado, es muy fácil que nos olvidemos de su
existencia, por el ajetreo de la vida y principalmente, porque no los
vemos.
Este
olvido puede hacernos desaprovechar muchas gracias que Dios ha destinado para
nosotros a través de los ángeles.
Por
esta razón, la Iglesia ha fijado dos festividades para que, al menos dos días
del año, nos acordemos de los ángeles y los arcángeles, nos alegremos y
agradezcamos a Dios el que nos haya asignado un ángel custodio y aprovechemos
estos días para pedir su ayuda.
Misión
de los ángeles
Los
ángeles son seres espirituales creados por Dios por una libre decisión de su
Voluntad divina. Son seres inmortales, dotados de inteligencia y
voluntad.
Debido
a su naturaleza espiritual, los ángeles no pueden ser vistos ni captados por los
sentidos.
En
algunas ocasiones muy especiales, con la intervención de Dios, se han visto y
oído materialmente. La reacción de las personas al verlos u oírlos ha sido de
asombro y de respeto. Por ejemplo, los profetas Daniel y
Zacarías.
En
el siglo IV, el arte religioso representó a los ángeles con forma de figura
humana. En el siglo V, se le añadieron las alas, como símbolo de su prontitud en
realizar la Voluntad divina y en trasladarse de un lugar a otro sin la menor
dificultad.
En
la Biblia encontramos algunos motivos para que los ángeles sean representados
como seres brillantes, de aspecto humano y alados. Por ejemplo, el profeta
Daniel escribe que un «ser que parecía varón» -se refería al arcángel Gabriel-
volando rápidamente, vino a él (Daniel 8, 15-16; 9,21). Y, en el libro del
Apocalipsis, son frecuente las apariciones de ángeles que claman, tocan las
trompetas, llevan mensajes o son portadores de copas e incensarios; otros que
suben, bajan o vuelan; otros que están de pie en cada uno de los cuatro puntos
cardinales de la tierra o junto al trono del Cordero, Cristo.
La
misión de los ángeles es amar, servir y dar gloria a Dios, ser mensajeros y
cuidar y ayudar a los hombres. Ellos están constantemente en la presencia de
Dios, atentos a sus órdenes, orando, adorando, vigilando, cantando y alabando a
Dios y pregonando sus perfecciones. Se puede decir que son mediadores,
custodios, guardianes, protectores y ministros de la justicia
divina.
La
presencia y la acción de los ángeles aparece a lo largo del Antiguo Testamento,
en muchos de sus libros sagrados. Aparece frecuentemente, también, en la vida y
enseñanzas de Nuestro Señor, Jesucristo, en la Carta de san Pablo, en los Hechos
de los Apóstoles y, principalmente, en el Apocalipsis.
Con
la lectura de estos textos, podemos descubrir algo más acerca de los
ángeles:
nos
protegen, nos defienden físicamente y nos fortalecen al combatir las fuerzas del
mal.
luchan
con todo su poder por y con nosotros.
Como
ejemplo, está la milagrosa liberación de San Pedro que pudo huir de la prisión
ayudado por un ángel (Hechos 12, 7 y siguientes). También, aparece un ángel
deteniendo el brazo de Abraham, para que no sacrificara a su hijo,
Isaac.
Los
ángeles nos comunican mensajes importantes del Señor en determinadas
circunstancias de la vida. En momentos de dificultad, se les puede pedir luz
para tomar una decisión, para solucionar un problema, actuar acertadamente y
para descubrir la verdad.
Por
ejemplo, tenemos las apariciones a la Virgen María, a San José y a Zacarías.
Todos ellos recibieron mensajes de los ángeles.
Los
ángeles cumplen, también, las sentencias de castigo del Señor, como el castigo a
Herodes Agripa (Hechos de los Apóstoles) y la muerte de los primogénitos
egipcios (Exódo 12, 29).
Los
ángeles presentan nuestras oraciones al Señor y nos conducen a Él. Nos acompañan
a lo largo de nuestra vida y nos conducirán, con toda bondad, después de nuestra
muerte, hasta el trono de Dios para nuestro encuentro definitivo con Él. Este
será el último servicio que nos presten pero el más importante. El arcángel
Rafael dice a Tobías: «Cuando ustedes oraban, yo presentaba sus oraciones al
Señor», (Tob 12, 12 – 16).
Ellos
nos animan a ser buenos pues ven continuamente el rostro de Dios y también ven
el nuestro. Debemos tener presentes las inspiraciones de los ángeles para saber
obrar correctamente en todas las circunstancias de la vida. «Los ángeles se
regocijan cuando un pecador se arrepiente», (Lucas 15, 10).
Jerarquía
de los ángeles
Se
suelen enumerar nueve coros u órdenes angélicos. Esta jerarquía se basa en los
distintos nombres que se encuentran en la Biblia para referirse a ellos. Dentro
de esta jerarquía, los superiores hacen participar a los inferiores de sus
conocimientos.
Cada
tres coros de ángeles constituyen una jerarquía y todos ellos forman la corte
celestial.
Jerarquía
Suprema:
serafines
querubines
tronos
Jerarquía
Media:
dominaciones
virtudes
potestades
Jerarquía
Inferior:
principados
arcángeles
ángeles
Serafines:
Son los «alabadores» de Dios. Serafín significa «amor ardiente». Los serafines
alaban constantemente al Señor y proclaman su santidad.
(Isaías
6, 17)
Querubines:
Son los «guardianes» de las cosas de Dios. Aparecen como encargados de guardar
el arca de la alianza y el camino que lleva al árbol de la vida. Entre dos
querubines comunica Yahvé sus revelaciones. «Se sienta sobre
querubines».
(Génesis,
Éxodo, en la visión de Ezequiel, 1, 4 y Carta a los Hebreos,
9,5).
Potestades,
Virtudes, Tronos, Principados y Dominaciones:
En
la Biblia encontramos estos diversos nombres cuando se habla del mundo angélico.
Hay quien interpreta los nombres de los ángeles como correspondientes a su grado
de perfección. Para San Gregorio, los nombres de los ángeles se refieren a su
ministerio:
los
principados son los encargados de la repartición de los bienes
espirituales
las
virtudes son los encargados de hacer los milagros
las
potestades son los que luchan contra las fuerzas adversas
las
dominaciones son los que participarán en el gobierno de las
sociedades
los
tronos son los que están atentos a las razones del obrar
divino.
Existe,
también, una jerarquía basada en los distintos nombres que se encuentran en la
Biblia para referirse a ellos. A los arcángeles les podríamos llamar los
«asistentes de Dios». Son ángeles que están al servicio directo del Señor para
cumplir misiones especiales.
Arcángel
San Miguel: es el que arrojó del Cielo a Lucifer y a los ángeles que le seguían
y quien mantiene la batalla contra Satanás y demás demonios para destruir su
poder y ayudar a la Iglesia militante a obtener la victoria final. El nombre de
Miguel significa «quien como Dios». Su conducta y fidelidad nos debe invitar a
reconocer siempre el señoría e Jesús y buscar en todo momento la gloria de
Dios.
Arcángel
San Gabriel: en hebreo significa «Dios es fuerte», «Fortaleza de Dios». Aparece
siempre como el mensajero de Yahvé para cumplir misiones especiales y como
portador de buenas noticias. Anunció a Zacarías el nacimiento de Juan, el
Bautista y a la Virgen María, la Encarnación del Hijo de Dios.
Arcángel
San Rafael: su nombre quiere decir «medicina de Dios». Tiene un papel muy
importante en la vida del profeta Tobías, al mostrarle el camino a seguir y lo
que tenía que hacer. Tobías obedeció en todo al arcángel San Rafael, sin saber
que era un mensajero de Dios. Él se encargó de presentar sus oraciones y obras
buenas a Dios, dejándole como mensaje bendecir y alabar al Señor, hacer siempre
el bien y no dejar de orar. Se le considera patrono de los viajeros por haber
guiado a Tobías en sus viajes. Es patrono, también, de los médicos (de cuerpo y
alma) por las curaciones que realizó en Tobit y Sara, el padre y la esposa de
Tobías.
Los
ángeles custodios
Dios
ha asignado a cada hombre un ángel para protegerle y facilitarle el camino de la
salvación mientras está en este mundo. Afirma sobre este tema San Jerónimo:
«Grande es la dignidad de las almas, cuando cada una de ellas, desde el momento
de nacer, tiene un ángel destinado para su custodia».
En
el Antiguo Testamento se puede observar como Dios se sirve de sus mensajeros
para proteger a los hombres de la acción del demonio, para ayudar al justo o
librarlo del peligro, como cuando a Elías lo alimentó un ángel, (1 Reyes, 19,
5).
En
el Nuevo Testamento también se pueden observar muchos sucesos y ejemplos en los
que aparecen estos seres: el mensaje a San José para que huyera a Egipto y los
ángeles que sirvieron a Jesús, después de las Tentaciones en el desierto, entre
otros ejemplos.
Se
puede decir que los ángeles custodios son compañeros de viaje, que siempre
estarán al lado de cada uno de nosotros, en las buenas y en las malas, sin
separarse ni un solo momento. Está a nuestro lado mientras trabajamos,
descansamos, cuando nos divertimos y cuando rezamos, cuando le pedimos ayuda y
cuando le olvidamos. Y, lo más importante, es que no se aparta de nosotros ni
siquiera cuando perdemos la gracia de Dios por el pecado. Nos presta auxilio
para enfrentar de mejor ánimo las dificultades y tentaciones de la vida
diaria.
Muchas
veces se piensa en el ángel de la guarda como si fuera algo infantil. Pero, si
pensamos que al crecer la persona se enfrentará a una vida con mayores
tentaciones y dificultades, el ángel custodio será de gran
ayuda.
Para
que la relación de la persona con el ángel custodio sea eficaz, necesita hablar
con él, llamarle, tratarlo como el amigo que es. Así podrá convertirse en un
fiel y poderoso aliado nuestro.
Debemos
confiar en nuestro ángel de la guarda y pedirle ayuda, pues además de que él nos
guía y nos protege, está muy cerca de Dios y le puede decir directamente lo que
queremos o necesitamos.
Recordemos
que los ángeles no pueden conocer nuestros pensamientos ni deseos íntimos si
nosotros no se los hacemos saber de alguna manera, ya que sólo Dios sabe lo que
hay dentro de nuestro corazón. Ellos, en cambio, sólo pueden conocer lo que
queremos intuyéndolo por nuestras obras, palabras, gestos, etc.
También
podemos pedirle favores especiales a los ángeles de la guarda de otras personas
para que las protejan de determinados peligros o las guíen en situaciones
difíciles.
¿Qué
nos enseñan los ángeles?
Nos
enseñan a:
glorificar
al Señor, proclamar su santidad y rendirle sus homenajes de adoración, de amor y
de ininterrumpida alabanza.
cumplir
con exactitud y prontamente todas las órdenes que recibimos del señor y a
cumplir su Voluntad sin discutir sus mandatos ni aplazando el cumplimiento de
éstas.
servir
al prójimo, pues ellos están preocupados por nosotros y quieren ayudarnos en las
diversas circunstancias que se nos presentan en la vida. Esto nos anima a
compartir con nuestros hermanos penas y alegrías.
¿Quiénes
son los ángeles caídos?
Dios
creó a los ángeles como espíritus puros, todos se encontraban en estado de
gracia. Pero algunos, encabezados por Luzbel, el más bello de los ángeles, por
su malicia y soberbia se negaron a adorar a Jesucristo, Dios hecho hombre, por
sentirse seres superiores. Así, rechazaron eternamente a Dios con un acto
inteligente y libre de su parte.
A
Luzbel -también denominado Lucifer, Diablo o Satán- junto con los ángeles
rebeldes que le siguieron -convertidos en demonios- fueron arrojados del Cielo
al infierno. Quedaron confinados a un estado eterno de tormento en donde nunca
más podrán ver a Dios.
No
cambiaron su naturaleza, siguen siendo seres espirituales y
reales.
Lucifer
es el enemigo de Dios. Jesús le llama “el engañador”, “el padre de la mentira”.
Su constante actividad en el mundo busca apartar a los hombres de Dios mediante
engaños e invitaciones al mal. Quiere evitar que lo conozcan, que lo amen y que
alcancen la felicidad eterna. Es un enemigo con el que se tiene que luchar para
poder llegar al Cielo.
Los
demonios se encuentran organizados en jerarquías, tal y como fueron creados en
un principio, subordinados los inferiores a los
superiores.
Satanás
y sus demonios comenzaron sus maléficas acciones con Adán y Eva y no se dan por
vencidos en su labor. Aprovechan la inclinación del hombre hacia el mal por su
naturaleza que quedó dañada después del pecado original. Son muy astutos,
disfrazan el mal de bien. Su acción ordinaria en el hombre es la tentación. Por
ello rezamos en el Padrenuestro: “…no nos dejes caer en tentación y líbranos
del mal.”
¿Por
qué creer en los ángeles?
Toda
la Sagrada Escritura está llena de versículos y capítulos completos que hablan
de los ángeles. Si creemos en la Sagrada Escritura, no podemos negar la
existencia y la acción de los ángeles.
Además
del testimonio de la Revelación, tenemos el de los Santos Padres de la Iglesia
quienes nos dejaron bellas y sugestivas descripciones de los ángeles que fueron
retomadas por Santo Tomás no sólo en el aspecto teológico sino en un dinamismo
cristiano. La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los
ángeles.
El
culto a los ángeles de la guarda comenzó en la península Ibérica y después se
propagó a otros países. Existe un libro acerca de esta devoción en Barcelona con
fecha de 1494.
El
Concilio IV de Letrán, en 1215, se señaló que Dios es creador de todas las
cosas, de las visibles y de las invisibles, de las criaturas espirituales y las
corporales. Se señaló que a unas y a otras, las creó de la
nada.
En
1870, debido al materialismo y racionalismo que imperante en esa época, el
Concilio Vaticano I afirmó de nuevo la existencia de los
ángeles.
Pablo
VI volvió a poner de manifiesto la existencia de los ángeles en 1968, al
formular el Credo.
En
la reforma litúrgica de la Iglesia de 1969, quedó establecido el día 29 de
septiembre para dar culto a los arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel
y el día 2 de Octubre, para rendir culto a los ángeles
custodios.
Oración
a San Miguel Arcángel
San
Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla.
Ayúdanos
a luchar contra el mal.
Que
Dios oiga tu voz y tú, como jefe del ejército del Cielo,
combate
y vence a Satanás
y
a todos los espíritus malos que andan por el mundo
deseando
la ruina de las almas.
Amén.
Oración
al Ángel de la Guarda
Ángel
del Señor, que eres mi custodio,
Puesto
que la Providencia soberana me encomendó a ti,
Ilumíname,
guárdame, rígeme y gobiérname
en
este día.
Amén.
Ángel
de la Guarda, dulce compañía
No
me desampares, ni de noche ni de día,
hasta
que me encuentre en los brazos de Jesús y de María.
28 DE SEPTIEMBRE SAN WENCESLAO MÁRTIR
Publicado por javreb en Sin categoría el 27 septiembre, 2017
SAN
WENCESLAO
MÁRTIR
San Wenceslao, mártir, duque de
Bohemia, que, educado por su abuela santa Ludmila en sabiduría divina y humana,
fue severo consigo, pacífico en la administración del reino y misericordioso
para con los pobres, redimiendo para ser bautizados a esclavos paganos que
estaban en Praga para ser vendidos. Después de sufrir muchas dificultades en
gobernar a sus súbditos y formarles en la fe, traicionado por su hermano
Boleslao fue asesinado por sicarios en la iglesia de Stara Boleslav, en Bohemia
(929/935).
Fecha
de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de
las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones
del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día
de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación
para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma,
el Papa.
Hijo
del rey de Bohemia, Ratislav, el joven príncipe nació en el 907 cerca de Praga.
Su abuela, Santa Ludimila, se encargó de la educación de su nieto, inculcándole
siempre el amor y servicio al Padre Celestial. Cuando era todavía muy joven, el
santo perdió a su padre en una de las batallas contra los magiares; su madre
asumió el poder e instauró -bajo la influencia de la nobleza pagana- una
política anticristiana y secularista, que convirtió al pueblo en un caos total.
Ante esta terrible situación, su abuela trató de persuadir al príncipe para que
asumiese el trono para salvarguardia del cristianismo, lo que provocó que los
nobles la asesinaran al considerarla una latente amenaza para sus
intereses.
Sin
embargo, por desconocidas circunstancias, la reina fue expulsada del trono, y
Wenceslao fue proclamado rey por la voluntad del pueblo, y como primera medida,
anunció que apoyaría decididamente a la Ley de la Iglesia de Dios. Instauró el
orden social al imponer severos castigos a los culpables de asesinato o de
ejercer esclavitud y además gobernó siempre con justicia y
misericordia.
Por
oscuros intereses políticos, Boleslao -que ambicionaba el trono de su hermano-,
invitó a Wenceslao a su reino para que participara de los festejos del santo
patrono y al terminar las festividades, Boleslao asesinó de una puñalada al
santo rey. El pueblo lo proclamó como mártir de la fe, y pronto la Iglesia de
San Vito -donde se encuentran sus restos- se convirtió en centro de
peregrinaciones. Ha sido proclamado como patrón del pueblo de Bohemia y hoy su
devoción es tan grande que se le profesa también como Patrono de
Checoslovaquia.
El
joven príncipe, que nació en Bohemia hacia el año 907, personifica el ideaI del
héroe nacional, valientemente comprometido en la promoción cultural y religiosa
del pueblo eslavo.
Cuando
se derrumbó el reino moravio, en el 895 los príncipes bohemios, entrando en el
juego diplomático de las potencies de ese entonces, se aliaron con el fuerte
reino franco, y adoptando los principios de las antiguas civilizaciones
comenzaron el proceso de europeización de los Estados de Europa
central.
Lider
de esta política de visión hacia el futuro fue el joven duque de Bohemia,
Wenceslao. El había sido educado cristianamente por la abuela Ludmila, venerada
como santa. Tan pronto tuvo la edad requerida, sucedió al padre después de la
breve regencia de la madre Draomira. Mujer intrigante, Draomira prefería al
segundo hijo, Boleslao, y fomentó con todos los medios a su alcance la rivalidad
entre los dos, hasta el punto de llevar al segundo a mancharse con el grave
delito del fratricidio.
En
la mañana del 28 de septiembre del 935, mientras Wenceslao salía de case para ir
a Misa, Boleslao, que lo esperaba en un lugar solitario con un grupo de
cómplices, le saltó encima para herirlo por la espalda. El joven rey, que
todavía no tenía treinta años, detuvo el golpe y echó mano a su espada, pero
cuando se dio cuenta que el asesino era su hermano bajó el arma, murmurando:
“Podría matarte, pero la mano de un siervo de Dios no debe mancharse con el
fratricidio”. Fue asesinado por los sicarios de Boleslao.
Este
ejemplarísimo príncipe cristiano anteponía sus deberes religiosos a los de
soberano, hasta el punto de llegar tarde a una importante asamblea de Worms,
convocada por el emperador Otón, porque estaba en Misa. No era raro ver al joven
rey mezclado con los otros fieles, con los pies descalzos, durante las
procesiones penitenciales. Impuso a su cuerpo la dura disciplina del cilicio y
las diarias mortificaciones.
Fue
considerado como un rey renunciatario por haber buscado la alianza con los
poderosos francos limítrofes, pero el mismo hermano Boleslao, que le sucedió,
después de haberlo mandado asesinar, comprendió esa política realistica y la
siguió. Boleslao comprendió el error de valoración respecto de su hermano, hacia
quien la devoción popular creció de día en día, por los prodigios que se obraban
sobre la tumba del mártir, venerado inmediatamente como santo, el primero de los
pueblos eslavos.
Oración
Dios
nuestro,
que
impulsaste al santo mártir Wenceslao
a
anteponer el reino de los cielos a un reino terrenal,
concédenos,
por su intercesión
que
tengamos valor para dejar lo que nos impida unirnos a ti de todo
corazón.
Por
nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Amén
27 DE SEPTIEMBRE SAN VICENTE DE PAÚL PRESBÍTERO Y FUNDADOR
Publicado por javreb en Sin categoría el 26 septiembre, 2017
SAN VICENTE
DE PAÚL
PRESBÍTERO
Y FUNDADOR
Fundador
de la Congregación de la Misión y las Hijas de la
Caridad
Memoria de san Vicente Paúl,
presbítero, que lleno de espíritu sacerdotal y entregado en París al servicio de
los pobres, veía el rostro del Señor en cada persona doliente. Fundó la
Congregación de la Misión (Paúles), al modo de la primitiva Iglesia, para formar
santamente al clero y subvenir a los necesitados, y con la cooperación de santa
Luisa de Marillac, fundó también la Congregación de Hijas de la Caridad
(1660).
Fecha
de canonización: Beatificado por el Papa Benedicto XIII el 13 de agosto de 1729,
fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737.
HUYENDO
Se
pasó la vida rehuyendo su condición de aldeano pobre, y el programa de Dios
tendrá que retrasar su desenlace tras muchas noches oscuras de Vicente. Como
Santa Teresa, que hizo un matrimonio de conveniencia con Dios, cuya noche de
bodas y luna de miel se retrasó 25 años, hasta florecer es una espléndida
manifestación mística. ¿Podemos ver ahí un signo de la vocación errada? No. Es
una realidad de un cambio de rumbo de la persona, a quien le tuercen sus planes
propios a través de purificaciones, acontecimientos, circunstancias, realidad de
las cosas y desengaños, Vicente lo que no quería es seguir siendo lo que era su
padre, campesino. Se avergonzaba de serlo y también de su padre, vestido
pobremente y con un defecto físico que le hacía cojear. Tanto se avergonzaba
que, cuando ya estudiaba en el colegio de los franciscanos, conseguido por su
padre, y reciba la visita de su padre, no saldrá a recibirlo. Pretende el
sacerdocio tratando de escalar puestos. Hasta desea ser obispo. Ni idea de lo
que es ser sacerdote: «Si yo hubiera sabido, como lo he sabido después, lo que
era el sacerdocio, cuando cometí la temeridad de aceptarlo, habría preferido
dedicarme a trabajar la tierra antes de ingresar en un estado tan temible,»
escribirá mas tarde..Había nacido el 2 de abril de 1581, en Ranquine, en el
Suroeste de Francia. Su padre es un campesino, Juan de Paúl, que desde muy joven
se vio obligado a trabajar. Vicente también, se encargaba de las ovejas, las
vacas, los cerdos, descalzo y con comida pobre
Chiquillo
despierto, fue enviado por su padre al colegio de los franciscanos de Dax,
ciudad próspera, de amplias calles y bellas mansiones. Vicente estudia a gusto,
pero siempre con el fin de abandonar la vida rural. Después de cuatro años de
estudios en Dax, se va a Toulose, cuando acababa de morir su padre. Tiene 17
años, ha recibido ya la tonsura y las órdenes menores. Aunque su padre le deja
parte de la herencia para pagar sus estudios, él la rechaza; pues quiere valerse
por si mismo.
QUIERE
ASCENDER
Enseña
humanidades en el colegio de Buzet y simultaneando con sus estudios de Teología.
Recibe el subdiaconado y el diaconado, y el 23 de Septiembre de 1600, es
ordenado sacerdote. El obispo de Dax le ofrece una parroquia, pero prefiere
seguir sus estudios; apunta más alto: quiere ser obispo. En 1604 obtiene el
doctorado en Teología. Se dirige a Burdeos y a Marsella, donde una anciana de
Toulose le ha dejado una herencia de 400 escudos, que están en manos de un
deudor, a quien persigue hasta Marsella, donde consigue recuperar 300 escudos, y
regresar a Toulose. Embarca para Narbona, es atacado por los turcos y cae
prisionero. Vendido como esclavo en Túnez, a un pescador, un médico, su sobrino
y, a un cristiano renegado, a quien convirtió y se escapó a Roma. Luego fue a
París, donde encontró a Pierre de Bérulle, en el hospital de la Caridad. Bérulle
era cura y fundador de un grupo de sacerdotes espirituales. El clero había
salido en un estado lamentable de las guerras; los decretos del Concilio de
Trento sobre la formación de los sacerdotes no se cumplían. Muchos obispos
vivían como grandes señores, alejados de sus diócesis.
SE
ESTA ABRIENDO PASO UN NUEVO MOVIMIENTO.
En
Italia, Felipe Neri ha fundado la congregación del Oratorio, que, como los
Oblatos fundados en Milán por Carlos Borromeo, desean vivir un sacerdocio
fervoroso. Bérulle trata de convencer a Francisco de Sales para que funde el
Oratorio en Francia, pero no lo consigue, aunque, a instancias del Arzobispo de
París, Henri de Gondi, fundará en 1611 el Oratorio de París, una «congregación
de sacerdotes que practicarán la pobreza, con voto de no pretender beneficio o
dignidad, contra la ambición, y el de dedicarse al sacerdocio, contra la inútil
inactividad.
VICENTE
NOMBRADO PÁRROCO DE CLICHY
Bérulle
deseaba que Vicente ingresara en el Oratorio, pero no acepta. Sí en cambio
reemplaza a un sacerdote que ingresa en el Oratorio; y acepta su parroquia de
«Clichy la Garenne». de 600 habitantes, habitada sobre todo por hortelanos y
llega a encontrarse a gusto Allí enseña el catecismo, repara el mobiliario de la
Iglesia, cuando después de doce años que es sacerdote, es la primera vez que
ejerce un ministerio sacerdotal.
Bérulle
consigue que lo nombren preceptor de la familia de Phillipe de Gondi, sobrino
del Arzobispo de París. Vicente llega a ese destino en Septiembre de 1613 y
escribe a un amigo: «Me alejé con pena de mi pequeña iglesia de Clichy». Da
cursos y lecciones a los niños y lleva una vida palaciega en Montmirail, en
Joigny, en París, en Folleville… Ya podía darse por contento. Pero no era
feliz. No había llegado la hora de Dios. Espera. Compás de espera. Soledad,
noche, tristeza, desamparo. Durante los viajes de Gondi, vuelve a entrar en
contacto con los campesinos y con las pobres gentes que viven en los dominios de
la noble familia. Y se da cuenta de que el Evangelio exige la caridad
radical.
DIOS
DA EL VUELCO A SU ALMA:
Visita
a un moribundo en Gannes, cerca del palacio de los Gondi; aquel hombre, que
tenía fama de ser un hombre de bien, reveló a Vicente unos pecados que jamás se
había atrevido a confesar a su párroco. El moribundo experimentaba una extrema
soledad moral, padecía la noche, el frío y la imposibilidad de hablar con Dios;
estaba cerca de la muerte sin haber encontrado una mirada sacerdotal bastante
dulce y bastante humana para poder salir de sí mismo y atreverse a creer en la
ternura de Dios. He ahí la vocación de Vicente: la ternura. Su corazón ha sido
tocado. Dios ha llegado ya. El matrimonio de Teresa de Jesús ha entrado en su
meta florida. Vicente, tocado ya por Dios, que no le había abandonado en su dura
trayectoria de desierto, le cambia el corazón y el que no quería ir a los campos
de su aldea, quiere ahora ir a los campos mas lejanos a expresar a todos los que
se sienten perdidos que existe un Dios de ternura que no les ha olvidado. Quiere
ser testimonio de ese amor divino. Estar presente con la ternura de Dios. Queda
impresionado y el 25 de enero predicó en Folleville, cerca de Amiens, y propuso
a todos los fieles de Folleville la idea de hacer venir a algunos sacerdotes con
quienes puedan hacer una confesión general de toda su vida. Este sermón fue el
origen de la «Congregación de la Misión», instituida para predicar misiones
populares y trabajar en la formación del clero de Francia y en otros países. A
los sacerdotes y hermanos de la Congregación de la Misión se les conoce en
Francia como «Lazaristas» por San Lázaro, su casa madre.
Después
el año 1617, en Chatillón-les-Domes, San Vicente palpa la miseria material de
los campesinos: «Mientras me revestía para celebrar la Misa, vinieron a
decirme… que en una casa apartada, estaban todos enfermos, y no había una sola
persona que les pudiera atender. Esto me ocasionó una tremenda impresión.»A la
llamada de Vicente acuden todos los feligreses en ayuda de esa familia. Pero,
para Vicente, este movimiento espontáneo no es bastante, porque corre el peligro
de no tener continuidad: «Una enorme caridad, sí; pero mal
organizada».
FUNDACIÓN
DE LAS HIJAS DE LA CARIDAD
Vicente
estudia la situación y el 23 de agosto, lee ante unas cuantas mujeres cuyo
corazón ha quedado tocado, igual que el suyo por aquella miseria, un texto que
es todo un programa de ayuda a los enfermos, que servirá de modelo a todos los
posteriores textos fundacionales de las Hermandades de Caridad. Las Cofradías se
multiplicaron; hoy en algunos países se les llama «equipos de San Vicente». Más
tarde serán fundadas las Hijas de la Caridad con la co-fundadora Luisa de
Marillac
Vicente
no quiere permanecer por más tiempo con los Gondi y se lo dice a Bérulle en mayo
de 1617. Se traslada a una pequeña parroquia entre Lyon y Ginebra, en al región
de Bresse: Chatillon-des-Dombes, como párroco. El que se pasó la vida huyendo de
su origen y su destino, se dedica gozoso a lo que venía escapando desde su
juventud. Ya encontró su camino: La vocación de la ternura. Vicente, tras un año
decisivo, ha encontrado su camino, el camino de la compasión y la ternura con
los más abandonados y utiliza su puesto como base de operaciones, para
establecer sus pequeñas asociaciones de caridad.